Nadie
os nombró jueces, sabios o instructores.
Otorgar
la vida no implica manipularla. Debería ser una satisfacción dar la vida y
darla libre.
Ofrecer la oportunidad de decidir, de equivocarse, de caerse y
luego levantarse.
De llorar, de sufrir, de errar para luego aprender.
Amar no
es limitar.
Amar es apoyar, amar es incondicionalidad. Es confiar. Es recoger
mis pedazos cuando me rompa por mis decisiones. Es alegrarse por mi
aprendizaje, a base de mis equivocaciones. No de las vuestras.
Miro el
reloj y las manecillas no avanzan. Estancada en la miseria.
Estáis ralentizando
mi marcha por el miedo que tenéis al riesgo.
Por el miedo que tenéis a mi caída
al iniciar el vuelo.
Mientras
tenga alas, la idea de volar me seguirá rondando.
En
algún instante abriré la jaula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario