viernes, 2 de agosto de 2013

Cuesta abajo, vacía de inquietudes, de vuelta al cajón de decepciones.

Nadie os nombró jueces, sabios o instructores.
Otorgar la vida no implica manipularla. Debería ser una satisfacción dar la vida y darla libre. 
Ofrecer la oportunidad de decidir, de equivocarse, de caerse y luego levantarse. 
De llorar, de sufrir, de errar para luego aprender.
Amar no es limitar. 
Amar es apoyar, amar es incondicionalidad. Es confiar. Es recoger mis pedazos cuando me rompa por mis decisiones. Es alegrarse por mi aprendizaje, a base de mis equivocaciones. No de las vuestras.
Miro el reloj y las manecillas no avanzan. Estancada en la miseria. 
Estáis ralentizando mi marcha por el miedo que tenéis al riesgo. 
Por el miedo que tenéis a mi caída al iniciar el vuelo.
Mientras tenga alas, la idea de volar me seguirá rondando.

En algún instante abriré la jaula.

No hay comentarios: