lunes, 24 de junio de 2013

Buscando el cobijo.

En el cuarto de la plancha.
Me escondo. Cierro con llave y respiro.
Respiro tranquila.
Me siento en el suelo. Noto el centrifugado de la lavadora como si de un terremoto se tratase.
De fondo, gritos. Oigo gritos, reproches y más gritos.
Cristales rotos.
De repente silencio. Silencio que se rompe por el ruido, ahora relajante, de la lavadora.
La ropa se mece. Una vuelta, otra, otra más...
La ropa arriba y abajo.
El aclarado me hipnotiza.
La espiral que forman los tejidos con el agua, la mezcla de colores. Las prendas danzan.
Suavemente mi mirada, no muy conforme, se desplaza hacia la puerta del cuarto de la plancha.
Presto atención al exterior.
Una mujer entona un sollozo, preso de la nostalgia. Preso del miedo.
Llora y arrastra cristales con un cepillo...
Mi corazón se encoge.
En defensa propia, mi cerebro anula los sonidos de afuera. Mis ojos vuelven a clavarse, fijos en la lavadora.
Mientras dure el lavado, mi tranquilidad estará a salvo.

http://www.youtube.com/watch?v=vSkb0kDacjs

He tardado tanto porque estaba ardiendo.

He corrido detrás de autobuses para hablar de la espera.
Estuve gritando para explicar un silencio.
Guardé silencio para hablar del ruido.
Estuve esperando para saber lo que suponían las prisas.
He besado bajo la lluvia para mojarme por dentro a la vez que me empapaba por fuera.
He amado para escribir sobre el odio.
Te encontré para sentir la pérdida.
Caminé por perderme buscando atajos.

Y descubrí que atajando te pierdes, que debo fluir en paz y armonía con la vida.
Absorber el cielo, estallar humedeciendo la Tierra.
Correr, desesperar, esperar, gritar, callar, amar, odiar, perder, buscar, encontrar, besar, sentir, vivir...

He tardado tanto porque estaba viviendo.


miércoles, 5 de junio de 2013

¿Bailamos?

Tocarnos.
Sentirnos. 
Derretirnos al ritmo de cualquier compás melódico que invada el espacio.

Que tus labios me rocen.
Notar cómo me acaricias el alma mientras hablas.
Suspirar..

Por instantes se para el universo.
El reloj terrestre paralizado.
Solo tú y yo en movimiento.

Nuestro ser está bailando.
Nuestros cuerpos danzan.
Nos fusionamos.

Hacer el amor es un arte.
Una fusión de cuerpos, almas y sensaciones. 

¿Cómo pueden considerarlo un pecado?

Si es pecado,
he tocado el cielo mientras ardía en el infierno.




Fotografía: Alberto Mendoza Sanz.