lunes, 31 de marzo de 2014

Alegoría

Ya no somos nada, ni siquiera un resquicio. 
Ni siquiera una astilla de la hoguera en la que ardimos. 
Ya no somos nada. 
Ya no soy nadie. 
Ya no te espero. 
Ya me he perdido. 
Ya me has perdido. 

Yo que vine a encontrarte...
Y a cantarte.
Y a bailarte.
Y a dedicarte todas mis lunas. 
Todas mis idas y esperar tu espera en mis venidas.

Yo, que te creí ese. 
Ese al que todos odiaron por yo creerte.
Y quererte. 
Tanto... Hasta enfermarme. 
Y todavía te espero con la ventana abierta por si se te pasa el vértigo. 
Pero las víboras no vuelan. 
Nunca vendrás a rescatarme. 
Me arrastras mientras serpenteas. 
Y me muerdes.
Y vuelve a mí la fiebre. 
Como un lobo hambriento. 
Y yo, tu liebre.
Presa de tus fauces ni amago un escape.
¡Qué paradoja!, "Eva y la serpiente". 
Dime, ahora, ¿ qué manzanas vendes ? 
¡Ay! Alma verde...
 Y yo te creí ese.
Escucha serpiente:
Búscame cuando te encuentres.

No hay comentarios: