viernes, 10 de octubre de 2014

Roto el espejo.

Y a quién voy yo a suplicar. Si la vida se muestra sola. Si yo me creí arropada y estoy desnuda, fría, sucia, pequeña y sola. 
Retorné a la raíz por el abrigo y lo hallé desgastado, roto, quemado. 
Caminé por un desierto de ruegos a mi vuelta y te encontré oasis. 
Bebí de tu agua, creí calmar mi sed, enjuagué mi cara opaca, alcé la mirada y ya no estabas. Espejismo, grité. Otro espejismo. Como tantos. Como todos. Si no, quién? Sino nadie. Aquí yo la única. Vago en un limbo, camino solares, arrastro sal de llanto, escuezo heridas supurando. Vivo un calvario. Desierto de sombras. Espero la mano. No llega. Estoy muerta y me creo vida. 

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