jueves, 27 de febrero de 2014

Lo bueno, si breve, corto.

Hacerlo mío, hacerlo tangible.
Miro hacia atrás por si mi sombra acecha.
No te marches todavía que se agotan mis escritos.
Queda el alma pura de un infante.
Escucho, a la caza y expectante.
Sigue hablando por favor, no te calles.
No tengo interrogantes.
No me quedan frases fúnebres, esclavas de lo ardiente.
No me ensucies por favor, que mañana tengo clase.
Vuelvo a casa una noche de noviembre 
Alegría entristecida, hoy llega mi trece.
Las tendencias son sumisas y la palabra aprieta.
Con un trago y más de mil caladas a la espera, abro la página 32 y mi solución ahí aguarda.
Con la carga sigo caminando, ya que, "no hay mal que por bien no venga" y sigo fumando. Y bebiendo. Que por beber, me bebo mi vida, de un sorbo. Y vomito. Vomito las noches de retaguardia. Y canto. Canto a la vida un salmo. Que yo no soy escritora ni artista. Soy una amante de la vida en todos sus campos. Y la admiro, y ebria de este amor por ella, sonrío. Sonrío por breve que sea.

No hay comentarios: